ALGODÓN Y SURCO

Algodón y Surco tenían muchos enemigos. Previendo que en un futuro iban a tener problemas, se consultaron e hicieron la rogación que les mandó Orula con doce eyelé, agujas y el derecho en dinero.

Los enemigos, al ver que la prosperidad sonreía a Surco y Algodón, le pidieron a Lluvia que cayera poco. Pero la prosperidad de la cosecha aumentó.

Entonces los muy envidiosos le pidieron a Lluvia que cayera bastante, y el resultado fue aún mejor: las matas de Algodón crecían fuertes y robustas.

No contentos, le pidieron a los pájaros que se comieran a Algodón, pero los pájaros no pudieron porque perdían los ojos con las espinas.

Le pidieron entonces a Sol que quemara a Surco y a Algodón, pero tampoco dio resultado.

Viendo los enemigos que no podían hacer nada contra Surco y Algodón, renunciaron a su empeño.

De más está decir que Algodón y Surco continuaron siendo muy prósperos.

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