CANGREJO Y MAJÁ
Obatalá estaba vendiendo una bebida en la plaza y Cangrejo que estaba por allí, le pidió que le despachara un vaso. Como aquella bebida le pareció muy mala se negó a pagar. Ambos formaron una gran discusión, pero Cangrejo se fue sin pagar lo exigido.
Al poco rato llegó Majá y al encontrar allí a su padrino Obatalá fue a saludarle. Cuando supo lo sucedido, se disgustó mucho y dijo que iría a ver a Cangrejo a su cueva para cobrarle.
Majá y Cangrejo discutieron acaloradamente, hasta que el primero perdió la paciencia y trató de penetrar en la casa del otro. Cuando Cangrejo vio la cabeza de su enemigo entrar en su cueva, se la arrancó con sus fuertes tenazas. Luego volvió a la plaza a ver a Obatalá y le dijo:
–A ese ahijado tuyo que mandaste a que me cobrara la sambumbia que me tomé esta mañana, lo maté por entrometido.
Al poco rato llegó Majá y al encontrar allí a su padrino Obatalá fue a saludarle. Cuando supo lo sucedido, se disgustó mucho y dijo que iría a ver a Cangrejo a su cueva para cobrarle.
Majá y Cangrejo discutieron acaloradamente, hasta que el primero perdió la paciencia y trató de penetrar en la casa del otro. Cuando Cangrejo vio la cabeza de su enemigo entrar en su cueva, se la arrancó con sus fuertes tenazas. Luego volvió a la plaza a ver a Obatalá y le dijo:
–A ese ahijado tuyo que mandaste a que me cobrara la sambumbia que me tomé esta mañana, lo maté por entrometido.
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