EL OLVIDO DE ERDIBRE

Erdibre era el jefe del ejército de los lucumíes, cuando se declaró la guerra contra los congos.

Como era un hombre de muchas luces, se fue a ver a Orula, el cual otras veces lo había sacado de apuros. Orula le entregó dieciséis ikines y le dijo que llevara a la guerra tres botellas de otí, tres tambores y pusiera todo esto en el camino por donde pasarían sus enemigos.

Los congos encontraron el aguardiente, se pusieron a tomar y se alegraron. Después de andar cierto trecho encontraron los tambores, comenzaron a tocarlos y a bailar. En ese momento llegó Erdibre con su ejército y los hizo prisioneros.

Siete años después de aquella victoria, otro ejército enemigo comenzó a hostigar a los lucumíes.

Erdibre pensó ir a buscar a Orula, se acordó de los ikines y fue a buscarlos al rincón de su ilé donde los había abandonado, pero no los encontró porque los ratones se los hablan llevado. Trató de ver al adivino, pero Orula se había mudado de casa y nadie sabía su nueva dirección.

Esta vez el ejército que Erdibre dirigía perdió la guerra, y a él le cortaron la cabeza.

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