OBBATALÁ FUGITIVO

En medio de una gran guerra, Obatalá se refugió en un pueblo donde fue cercado por sus enemigos. No tenía escapatoria posible y a cada momento crecía su desasosiego y desesperación. Pero en aquel pueblo vivía Eleguá, el que viéndolo en tan difícil situación convino en ayudarlo.

Eleguá fue diciéndole a todos que cerraran sus puertas y ventanas a las doce del día, pues un fenómeno sobrenatural ocurriría. Así, la noticia llegó hasta los enemigos de Obatalá, los que, por si acaso, decidieron también esconderse a la hora que había dicho Eleguá.

Este vistió a Obatalá con un mosquitero y a las doce del día le dijo que saliera a la calle tocando su agogó. De esta manera, Obatalá pudo escapar ileso de tan difícil situación.


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