BABOSA

Un día Obatalá llegó a su casa y se encontró a Babosa tomando de su otí. Después de maldecirla, acometió su persecución.

El animal despavorido corrió a esconderse en el monte, pero sin saberlo, su baba fue dejando el rastro que Obatalá seguiría implacablemente.

Cuando el orisha al fin le dio captura, se la comió y dijo que como castigo en lo sucesivo se comería a Babosa cada vez que la encontrara.

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