LAS PAREDES OYEN

Obatalá estaba muy enfermo y mandó que citaran a los mejores baba1awos para que lo consultaran.

Los olúos se reunieron en casa de Obatalá y, a puertas cerradas, hicieron una ceremonia secreta con cantos que sólo ellos conocían.

En el cuarto contiguo había unos muchachos que oyeron todo lo que estaba pasando allí.

Cuando los babalawos se disponían a partir de regreso a sus casas, se encontraron con los muchachos en la calle, que comenzaron a corear los mismos cantos que habían sido entonados en la habitación cerrada.

Por eso se dice que las paredes tienen oídos.

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